Ocozocoautla de Espinosa, Chiapas.- En seguimiento a la Misión de Observación de la Crisis Humanitaria de Personas Migrantes y Refugiados en el Sureste Mexicano, en que nuestro Instituto participó recientemente junto a 24 organizaciones de México y Centroamérica, académicos y periodistas, se lanzó el comunicado La frontera sur es una tortura silenciosa.
El documento, entre otras cosas, exige al Estado mexicano transitar hacia una política centrada en la seguridad humana, ya que actualmente se basa en una de seguridad nacional. Para ello, se requiere coordinar esfuerzos de los tres niveles de gobierno y asegurar la participación de las organizaciones de derechos humanos.
Y es que, derivado del trabajo de observación que se llevó a cabo del 29 al 31 de mayo en diversos puntos de la costa y frontera sur en Chiapas, entre los que se incluyó la Estación Migratoria Siglo XXI, así como cinco estancias provisionales, se confirmó el enfoque de seguridad militarizada de las autoridades por encima del respeto y protección de los derechos humanos de las personas en movilidad.
Asimismo, entre otros, se identificó una estrategia de desgaste y contención para desmovilizar y disuadir a las personas de solicitar refugio y demás procedimientos de regularización, el uso de la detención migratoria como estrategia de represión y castigo, y el aumento de la criminalización de la migración.
La representación de nuestro Instituto corrió a cargo de la Dra. Elisa García, cordinadora de La Protección Jurídica de las Niñas y Mujeres Migrantes en la Frontera Sur, proyecto de Cátedras CONACYT que se desarrolla desde inicios de este año con el objetivo de analizar la situación socio-jurídica que viven las niñas, adolescentes y mujeres extranjeras que ingresan a México a través de la frontera sur de nuestro país.
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