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México en el año 2024 realizó las elecciones más grandes en sus 200 años de vida independiente a partir de su primera Constitución Política que data del 4 de octubre 1824, con la que puso fin al régimen Imperial, que a su vez terminó con el pasado colonial de la Nueva España, dando pie así a la República mexicana. Lo anterior no es cosa menor pues lo que en otras naciones duró décadas o siglos de transición, en México en solo un trienio que va del 28 de septiembre de 1821 al 4 de octubre de 1824 el país transitó de ser Colonia bajo la Corona Española, al Primer Imperio Mexicano y finalmente a la República, las tres formas de gobierno que se conocían en el siglo XIX. Desde 1824 a la fecha, el país registra que han ejercido el poder 65 presidentes, todos varones, por ello el ejercicio de la Presidencia puede explicarse en sus inicios con una marcada pertenencia a la clase militar en donde los generales accedían más fácilmente a la titularidad del Poder Ejecutivo para después dar paso al caudillismo postrevolucionario y a las presidencias de civiles, pero bajo el régimen de partido hegemónico. 

La historia mexicana registra que el modelo presidencial contenido en el diseño de  la Constitución de 1824, nos aproximaba al modelo norteamericano, pues se contempló en sus artículos 84 y 85 la figura de un presidente y un vicepresidente. Este modelo preveía que el ganador de las elecciones se convertiría en presidente, el perdedor o segundo lugar haría lo propio en la vicepresidencia. Pero el modelo bipartidista norteamericano tenía la ventaja que la fórmula presidente – vicepresidente se presentaba al momento mismo del registro de candidaturas bajo la misma plataforma partidista, lo cual simbolizaba unidad. El caso mexicano que pretendía ser incluyente en un intento de integrar el pluralismo político se volvió un problema insuperable para el sistema político mexicano puesto que desató violencia exacerbada en el ejercicio de los cargos. 

Así, lo que sucedió en el siglo XIX en México fue que el vicepresidente se levantaba en armas en contra del presidente, volviendo inviable el modelo adoptado lo que propició su desaparición; por ello, tan solo 5 vicepresidentes entraron en funciones ejerciendo su encargo, pero terminaban destituidos o exiliados y solamente el vicepresidente Anastacio Bustamante con el propósito de asumir el cargo logró derrocar a Vicente Guerrero, segundo presidente mexicano y héroe de la Independencia. Guerrero sólo ejerció la presidencia de la República ocho meses, del 1º de abril al 17 de diciembre de 1829. 

Es evidente que el poder en los siglos XIX y buena parte del XX solo estaba en disputa entre varones, pues el derecho al voto de las mujeres no se reconocería hasta el sexenio del presidente Adolfo Ruíz Cortines en 1953. Por otro lado, la participación femenina en las actividades políticas tuvo un auge en las postrimerías del siglo XX, las mujeres conquistaron curules en el Congreso como el caso de Gricelda Álvarez Ponce de León  que fue Senadora de la República de 1977 a 1979 por Colima en la Quincuagésima legislatura y a decir de la historiadora Patricia Galeana, en 1979 le comunicó al entonces presidente José López Portillo su intención de contender por la gubernatura de Colima, a lo que el presidente le respondió: Consúltelo con el pueblo, lo que ameritó la firme respuesta de Álvarez: La consulta está hecha y el pueblo está de acuerdo!.  

A la postre el triunfo en la contienda electoral por la gubernatura de Colima con el 80 por ciento de los votos correspondió a Gricelda Álvarez convirtiéndose a sus 66 años de edad y después de 26 años del decreto de reforma al artículo 34 constitucional impulsado por Adolfo Ruíz Cortines en la primera gobernadora en la historia del país, aunque con la oposición de los hombres de su estado. Pese a las resistencias desplegadas por la clase política masculina, como el exceso de que el día de la toma de protesta para ejercer el cargo de Gobernadora, la estatua colosal del último Tlatoani que enorgullece a los colimenses, que resistió el embate Español, el rey Coliman luciera un mandil, en franca muestra de denuedo a la llegada de la primera mujer al poder, pese a todo la maestra Griselda Álvarez supo sortear los desafíos al grado que la nación le concedió la máxima condecoración a la que un mexicano o mexicana puede aspirar, la medalla Belisario Domínguez en 1996.

Así el país transitó en el siglo XX con un partido político hegemónico, el Partido Revolucionario Institucional que controlaba las estructuras en la totalidad del gobierno federal como de los gobiernos estatales y municipales, lo que se conocía como “el carro completo”, la oposición solo fue visible hasta la reforma constitucional de 1977 que técnicamente consistió en lo siguiente.

  • Se apertura a las minorías políticas espacios en el Congreso conocidos como de representación proporcional.
  • Se da un impulso al pluralismo político mediante registros a partidos políticos nuevos.
  • La radio y la televisión se vuelven asequibles para los partidos políticos.

Pero el partido hegemónico no perdería su mayoría en el Congreso hasta las elecciones federales intermedias de 1997, aunque previamente había perdido en 1989 la primera gubernatura que le fue arrebatada por el Partido Acción Nacional en Baja California. Ciro Murayama se ocupa de analizar lo acontecido de entonces a la fecha: “En estas tres décadas y media se han celebrado 194 elecciones a gubernaturas y en 78 ha ganado la oposición, el 40 %; 31 entidades (97 %) han vivido cambio de partido en el gobierno. Si se toman en cuenta las votaciones más cercanas a gubernaturas, las organizadas por el Instituto Nacional Electoral (INE) y autoridades locales desde 2015, se han dado derrotas del partido gobernante en 41 de 58 elecciones. Tasa de alternancia: 70 %”. 

En efecto, al tiempo que México experimentó la alternancia política en el poder, también hubo una mayor participación de las mujeres en las elecciones y en consecuencia el acceso al poder, pero está no estuvo exenta de desafíos y obstáculos que en más de una vez intentó descarrilar lo avanzado, ya sea en sede administrativa o en sede judicial. Las reformas hacia la paridad en temas electorales sucedieron lentamente como se da cuenta en otro apartado en esta investigación. Sin embargo, a la par de la alternancia política y de la paridad a partir de la participación de las mujeres, un fenómeno negativo se perfiló hacia la democracia mexicana, la violencia electoral. 

Cuando se percibía que la violencia postrevolucionaria que cegaba vidas y apartaba de sus funciones por asesinatos a los políticos había sido superada se registró en el México moderno el magnicidio del candidato puntero a la Presidencia de la República por el Partido Revolucionario Institucional, el Lic. Luis Donaldo Colosio Murrieta fue asesinado en plena campaña el 23 de marzo de 1994 en Tijuana, Baja California. A 20 años de aquella lamentable página de la historia mexicana de nuevo nos vemos inmersos en una espiral de violencia producto de la inseguridad que se vive en el país en la última década, estas violencias se han evidenciado desde el año 2006 a la fecha marcadamente y en tres sexenios las víctimas de la violencia han aumentado exponencialmente al grado de que el crimen organizado controla regiones del país y en los procesos electorales se han documentado las injerencias del mismo en las candidaturas, sin que en los ámbitos estatal y federal se tengan evidencias de que el crimen organizado haya penetrado también. Sobre la violencia en términos generales en el país conviene tomar en cuenta dos documentos, el primero la “Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Instituto Nacional de Geografía y Estadística” y el segundo “Homicidios en México”, realizado por TResearch.

La percepción de la inseguridad es un tema de reciente desarrollo, abordado por distintas disciplinas, se define como “la perturbación angustiosa del ánimo que se deriva de la diferencia entre el riesgo de ser víctima de un crimen y la victimización de hecho” , en el país en el segundo trimestre del 2024 que coincide con la elección concurrente, reflejó que en las personas mayores de 18 años la percepción de inseguridad es del 59.4%, un dato relevador  pues por primera vez una ciudad de la región sur sureste entra en el top 5 nacional, Tapachula, Chiapas. Esta ciudad chiapaneca se ubica en el reporte del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) con un 84.7% de percepción de inseguridad, solo por detrás de Fresnillo, Zacatecas; Naucalpan, Estado de México; Uruapan, Michoacán; e Irapuato, Guanajuato. 

La siguiente tabla nos refleja según el último censo de población y vivienda del INEGI la población residente en las 12 ciudades más importantes de la región, que tendrá relación con la gráfica 1

 

Tabla 5.- Ciudades y población según Censo de 2020

Ciudad Población Censo 2020
Tapachula, Chiapas 353,706
Coatzacoalcos, Veracruz 310,698
Cancún, Quintana Roo 934,189
Tuxtla Gutiérrez, Chiapas 824,274
Villahermosa, Tabasco 833,907
Chetumal, Quintana Roo 233,648
Veracruz de Ignacio de la Llave, Veracruz 607,209
Oaxaca de Juárez, Oaxaca 270,955
Xalapa, Veracruz 789,157
Ciudad del Carmen, Campeche 248,845
Campeche, Campeche 294,077
Mérida, Yucatán 1,316,088

Fuente: Elaboración propia a partir información del INEGI

  

La gráfica 1 muestra, según la encuesta del INEGI, las ciudades de la región Sur-Sureste con mayor percepción de inseguridad, lo que tiene una relación directa con la violencia y su derivada, la violencia electoral que se vivió en el proceso 2024.

 

Gráfica 1.- Percepción de inseguridad

Fuente: Elaboración propia a partir de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana.

En estas doce ciudades del sur-sureste de México habitan 7 millones de personas que perciben una inseguridad muy próxima en su entorno cotidiano, esta realidad en la región muestra el temor ante lo evidente, la violencia en general campea en todo el territorio nacional y la debilidad institucional no puede enfrentar a la delincuencia organizada que aprovecha la coyuntura de la región que al ser frontera con Centroamérica presenta incentivos para desarrollar otras actividades delictivas además de las tradicionales como el tráfico de drogas, de armas, de personas con fines de explotación sexual, la extorsión y ahora, el abuso a las personas migrantes que transitan por la región. Volviendo a la percepción de inseguridad, las y los mexicanos de acuerdo con el INEGI expresaron que se sienten muy expuestos o inseguros en los siguientes casos: 

Tabla 6.- Principales percepciones de inseguridad en la región Sur-Sureste de México

Actividad Percepción general Percepción hombres Percepción mujeres
Cajero Automático en vía pública 67.9% 60.2% 74.7%
Transporte público 62.7% 55.5% 68.3%
Carretera 53.7% 45.1% 59.9%

Fuente: Elaboración propia a partir de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana. 

De la anterior tabla, las mujeres respondieron en mayor porcentaje sentirse más inseguras que los hombres en tres actividades cotidianas de acuerdo con las características de la población que tienen que ver con la disposición de recursos y la movilidad cotidiana en entornos urbanos. Es de destacar también que el 14.2% de la población mayor a los 18 años de edad respondió que tuvo contacto con autoridades de seguridad pública, lo relevante es que el 47.5% de ese sector poblacional experimentó algún acto de corrupción.

TResearch realiza un trabajo analítico para mostrar la incidencia delictiva y concretamente en lo que respecta al número de homicidios con un conteo diario en el país.  De este análisis podemos recuperar los datos globales de los últimos 5 sexenios en cuanto al número de homicidios por año, reflejando lo siguiente para comprender el aumento de la violencia en el país:

Gráfica 2.- Homicidios dolosos por sexenio en México

Fuente: Elaboración propia a partir d datos de TResearch 

Es evidente que hubo una tendencia al alta en el número de homicidios dolosos en los sexenios de Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, pero descendió significativamente en el sexenio de Vicente Fox sin que se tengan claras las causas de esa tendencia a la baja para volver a configurar una tendencia al alta a partir del sexenio de Felipe Calderón. A este último se le acusa por haber iniciado una guerra contra el crimen organizado y de haber instruido al ejército mexicano en funciones de seguridad pública. Sin embargo, el incremento sin igual se ha verificado en el actual sexenio y la proyección es que concluya con cifras muy cercanas a los 200 mil homicidios, cifra que es muy alta para una nación que no se encuentra en conflicto armado. Si hacemos el comparativo al año 2021, México se colocó como el segundo país en el continente americano con 35,700 homicidios, solo superado por Brasil que reportó 45,562 pero por arriba de Estados Unidos que registró 22,941 homicidios en el mismo año.  Podemos tener con estos una referencia que muestra la situación de violencia que permea en el país, por ello el proceso electoral 2024 se circunscribió en un escenario sin precedente en el que se eligió el mayor número de funcionarios, se contó con el mayor padrón electoral de la historia, pero también, se realizó bajo un clima de violencia electoral con proporciones nunca antes vistas en el país.

Ahora, con respecto a la violencia electoral en el contexto nacional se tuvo una incidencia de la violencia más alta que en los dos anteriores procesos electorales de 2018 y 2021.  Integralia Consultores reportó que fueron víctimas de violencia 889 personas y 39 aspirantes o candidatos a cargo de elección popular fueron asesinados durante el proceso electoral 2024. De las cifras públicas que se pueden consultar, las regiones del país con mayor violencia electoral fueron: centro, occidente y sureste de México, el reporte de Integralia informa que las entidades más afectadas fueron Guerrero, Michoacán y Chiapas. La presencia del crimen organizado y su incidencia en las elecciones municipales quedaron prácticamente manifiestas pues el 78.4% de los ataques a candidatos fue precisamente en el ámbito municipal. 

El domingo 2 de junio fue la cita para que la población acudiera a las urnas en el país a elegir en un proceso electoral concurrente autoridades federales, estatales y municipales. En total más de diecinueve mil cargos estuvieron en disputa. Los días previos a la jornada electoral se registraron hechos violentos en Chiapas, razón por la cual el Consejo Local del Instituto Nacional Electoral en Chiapas y el Consejo General del Instituto de Elecciones y Participación Ciudadano definieron no instalar en Chiapas 108 casillas. Si bien este número de casillas representó el 1% de las 6,977 casillas previstas, significa el número más alto de casillas no instaladas en la historia, la razón: el inédito incremento de la violencia que genera ingobernabilidad.

  

Tabla 7.- Casillas no instaladas el 02 de junio en Chiapas

Distrito Municipio Número de casillas Lista nominal
1 Tila 12 7,579
2 Pantelhó 28 15,256
5 San Cristóbal de las Casas 4 2,516
8 Chicomuselo 45 26,330
Bellavista 3 1,283
10 Ocozocoautla 2 877
Villaflores 1 629
11 Altamirano 2 803
13 Amatenango de la Frontera 4 2,200
Honduras de la Sierra 7 3,510
  Total 108 60,983

 Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE 

En términos porcentuales la siguiente gráfica es clara al advertir que los municipios de Chicomuselo y Pantelho son los que representan prácticamente las dos terceras partes de casillas no instaladas y no es casualidad que en esos municipios la violencia desatada por grupos delincuenciales haya superado las capacidades de reacción del gobierno. Aunado a este proceso de descomposición de la gobernabilidad hay que sumar el nuevo fenómeno del desplazamiento de chiapanecos a otras regiones de la entidad y del país, como también a Guatemala.  

Gráfica 3.- Tasa porcentual de casillas no instaladas en Chiapas por municipio.

Fuente: Elaboración propia a partir de datos del INE

Oaxaca, otra entidad federativa dentro de la región que analizamos tampoco instaló 9 casillas, en el distrito federal 09 con sede en Puerto Escondido. Las razones fueron que no existieron las condiciones de seguridad para el personal operativo del INE, aunado a bloqueos carreteros, el ambiente polarizado por la violencia electoral y el secuestro en ese mismo distrito de un presidente municipal en funciones.

A nivel nacional y con cierre al día al 2 de junio la fuente gubernamental reportaba 22 aspirantes asesinados, Data Cívica reportaba 31 e Integralia Consultores reportaba 39. Llama la atención la discrepancia entre las cifras oficiales y las proporcionadas por los laboratorios electorales. La realidad llevó al gobierno de México a desplegar por conducto de la Secretaría de Marina a 27,245 elementos en la jornada electoral.

Lo que estuvo en juego en la región sureste, además de los cargos de presidente de la República, senadores y diputados al Congreso de la Unión, fue lo siguiente:

Tabla 5. Cargos de elección popular en disputa 

Entidad Población Gubernatura Congreso Ayuntamientos
Oaxaca 4,132,148   √  √ 
Chiapas 5,543,828 √   √ 
Tabasco 2,402,598 √  √  √ 
Veracruz 8,062,579 √  √   
Campeche 928,363   √ 
Yucatán 2,320,898 √  √  √ 
Quintana Roo 1,857,985   √  √ 

Fuente: Elaboración propia 

En esta región del país viven 25,248,399 de un total de 126,014,024 habitantes en México, una quinta parte de la población nacional equivalente a la población total de países como Corea del Norte, Australia y Niger, pero superior a la población total de Chile, Ecuador o Guatemala.

 

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